El día es largo y triste.
Ni un rumor se oye entre las calles,
intento sumergirme en una cavilación profunda
pero es pobre mi pensamiento.
Un día vendrá el día en el que yo,
ya no diré, ni escribiré más nada
y ese día tal vez llevaré con menos aflicciones
los ratos tristes de mi amarga vida.
Olvidare el día en que te quise más que a nadie,
aceptando que yo he perdido en un sueño,
buscando solo, aquello que no existe;
Pues es verdad que quien siembra en el mar
solo pude ahogarse al intentar arar.
Me mirare al principio de mi destino,
pero esta vez sabiendo que yo soy el enemigo;
Y, algún día también verán por fin
que mi cuerpo quedo finado
como el corazón que que al venir aqui, me regalaron...