Todo se mueve con el estruendo
ruge la tierra desde el cimiento,
suenan las casas luego vacilan,
el edificio cae de espaldas.
La incertidumbre tras el silencio
con las sirenas éste se rompe,
cierra los ojos llegan las sombras,
la pena flota, en los escombros.
Rugen las aguas lentas avanzan
luego se agitan todo lo arrasan,
piden ayuda pronto se hunden,
el fango esconde, a los infantes.
Olas arrastran todo al regreso,
sólo una puerta flota en las aguas
tal vez la base de nueva casa,
la fortaleza viene en el alma.
Lupercio de Providencia