No hagas caso a mis palabras,
Ni a mi forma de versar,
Pero en momentos te he sentido como una niña ingrata,
Por tu forma de actuar.
Te adoré con toda el alma,
Estuve a punto de dejar toda mi vida por ti,
Pero al final me demostraste,
Que aquella ilusión tenía que morir.
Ahora tengo miedo,
Miedo por lo que puedas pensar sobre mí,
Quisiera saber si me recuerdas,
Si aun vivo en ti.
Si a tus madrugadas le pones mi rostro,
Si me buscas en tu soledad,
Si me amas en tus sueños...
Si también invade la tristeza tu caminar.
No quiero ser títere de nadie,
Ni un bufón de corazón infeliz,
Por eso ya no grito tu nombre,
Para que nadie sepa mi sufrir.