En la distancia agonizo lentamente;
me falta lo más esencial,tu presencia,
al no tenerla, esta ausencia me desespera.
Sólo me sostienen tus magníficos poemas.
Decaigo cuando veo el dolor que arrastras.
Si tú me das aliento para tener energía,
yo deseo levantar tu caído ánimo.
Te daré palabras de alivio para tu corazón.
No quiero que entres en el desconsuelo.
Sé que me necesitas igual que yo;
pero dime, vida mía, ¿qué podemos ingeniar,
si sé que sufres por esconder este querer?
Ya haces un esfuerzo por mantener tu silencio,
y lo cansado que estás no poder gritar al viento
lo mucho que amas y lo que llevas en tu pecho.
Por eso te empeñas en guardarlo dentro de tu alma.
Nadie nos debe condenar, es un amor de verdad.
Si tuviera poder, volaría para estar a tu lado
para satisfacerte de caricias y afanes.
Todo será posible, si existe benevolencia.
Bastante tiempo llevamos este suplicio,
para que digan que esto no puede ser creíble;
si nos brota de los profundos sentimientos.
Su oposición nos daña, pero no matarán este amor.