Dejar atrás la perspectiva de la calzada
y no volver la cara,
no es fácil.
Dejar tus huellas sepultadas,
la calle donde escribiste tus promesas
y sembraste las esperanzas
en silencios aniquiladas,
no es fácil.
Dejar de lado que el mundo seguirá girando
después de nuestro éxodo,
que sujetará otras fuertes raíces
en el escorzo de otras vidas,
que la otra arista
ya no será el margen saliente
de nuestra orilla;
no es fácil.
No es fácil cruzar la pasarela,
zozobra la no luz en el farol
que nos aleja de lo prosaico de la tierra
y nos conduce, a pura fuerza,
entre mutismos a donde no se ve el sol.
No es fácil dejar al ser querido,
saber que ya tus besos el aire marchitó;
-el agua corre fresca entre las peñas
al paso bañando va las rocas
y carga circulo de amor,…
al pronto de ella ya nada quedó.
¡No es fácil, no es fácil, no¡