Voy a cuidarte…dijiste entre gárgolas
De inquietos manoseos,
Voy a cuidarte, mi hombre,
Aseveraste en las caricias
Herméticas, en los sumos
Intelectos de una noche
Que vivimos,
Y en esas palabras, aisladas
De contextos imaginables,
La luz roja, tenue y amiga,
De una buhardilla dichosa,
Me acarició indemne cual
Beso ilustre, del corsario
Que aborda barcos de papel
Y bocas de fina sinarquía.
Voy a cuidarte…mi amor!
Dijiste sin nombrar el alma del hombre
Que habita día a día
Tus madreselvas floridas
En los pasadizos presentes
De una piel que me nombra!