Siempre te espero, siempre, aunque muera la tarde
y el silencio prolongue su boca en el estambre.
Sabes bien que en mis ojos siempre está tu figura,
dibujándose entera, como una nueva luna;
pues sólo tú posees la mirada sembrada
con el brillo de estrellas que cautivan a mi alma,
y al mirarme me infundes el aliento que tanto
he llevado en silencio, al paso de los años.
Así son tus palabras que llegan a mi oído
como hasta mi ventana el son de los canarios,
lo mismo que profunda y espiritual plegaria.
Así también tus besos se tornan necesarios.
Por eso, amigo mío, por eso te los pido,
por eso necesito constante tu mirada.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!