Somos la región, las fronteras, los deseosos
vagabundos simples que despertó la vida,
el suelo, sus verdes, el torrente caprichoso
de un río que siente música en sus derivas.
Somos el cielo, sus nubes, los hermosos
valles que a hurtadillas robamos aquel día,
en ese paisaje de bosques silenciosos
que sin tenerte en mis brazos mis ojos te desvestían.
Somos la paz, el remanso, los suntuosos
amos de este mundo que cobija sinfonías,
pasión de vestir con simpleza lo caprichoso
desnudando la piel sintiéndote en mi agonía.