Recuerdo cuando te conocí,
no sabía ni que esperar,
simplemente quedé contigo
y dejé al azar el resto.
Nunca hubiese imaginado que llegaría a este punto.
En cuestión de días te enamoraste de mí,
a mí me desconcertaba,
ese primer te quiero me dejo mudo,
fuiste construyendo el muro que luego derribarías.
Conocí a tus padres pronto,
entraste a mi casa pronto,
nos besamos pronto,
nos conocimos pronto,
tal vez ese haya sido el problema.
Tarde tras tarde hablando de nada,
tarde tras tarde tú y yo,
como si el resto fuese un espejismo,
noches largas,
y planes,
planes que ya nunca cumpliremos.
Yo solo quería jugar a ser Dios entre tus lunares,
reír cada día como si fuese el último,
hacer del tiempo un actor secundario,
y me veo ahora,
preso de mi mismo,
lejos de ti,
demasiado lejos para hacerme a la idea de que se acabo,
hablando contigo como si estuviese bien,
como si nunca hubiese pasado nada.