"ESPIRAL SIDERAL"
Absorta y silenciosa,
navegando en la mar del Universo,
huyendo de la fosa,
se viste el disperso
filón engalanado de mi verso.
Graciosamente gira
en un halo de luz que la estremece;
ya gime, ya suspira
con un afán que crece
por un amor que no le pertenece.
Pregunta a las estrellas
y a todas las criaturas siderales,
aborda las centellas,
los claros manantiales
y de la mar incólumes corales.
Avanza, retrocede,
vuelve al punto inicial de su jornada,
se eleva cuanto puede
de amor emocionada,
por más que del amor no entiende nada.
Lo mismo que los vientos,
el alma temblorosa va sin tino;
no ceja en sus intentos
de hallar en su camino
la paz, cuando consiga su destino.
¡Oh estériles llanuras!
¡oh vastas, desoldas travesías!
vanidosas alturas,
pulsadas fantasías
que me roban las noches y los días.
Mi nómada coraje
transita por las selvas planetarias
y en oscuro paraje
de sombras milenarias,
llega, al fin, hasta Dios, con sus plegarias.
Ya su amor balbuceo;
ya florecen, turgentes, sus abrigos.
Se obnubila el deseo
y sin falsos testigos,
mi alma y Dios, finalmente, son amigos.
Rehabilitada apenas,
embriagada de luz, el alma mía
se esposa las cadenas
de la melancolía
que al viejo amor le ciñe todavía.
Criaturas que en el suelo,
alguna vez cautivo me tuvieron,
que al opacarme el cielo
del que me sustrajeron,
mis puros sentimientos confundieron.
Insensibles estrellas,
desiertos de variadas correrías,
aviesas, falsas huellas
donde gasté mis días
en idas y venidas de agonías.
Veredas engañosas
que tanto malgastaron mis andares.
Inevitables rosas
surgidas de los mares
¿por qué desentonaron mis cantares?
¡Oh efímeros placeres!
¿podrán, acaso, el tiempo devolverme?
¿Podré saber quién eres
cuando me encuentre inerme,
Señor, y apenas pueda sostenerme?
Está mi puerta abierta,
mas, no para salir; es para que entres.
Inhóspita e incierta
tal vez a mi alma encuentres,
esperando, mi Dios, que Tú la centres.
Sedentario y rendido
quedé, como un canario lastimado,
lastimado y herido,
herido del pecado
de buscar donde no te hubiera hallado.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC (Derechos reservados)