Peregrino soy, busco la ciudad de luz,
con su brazo me gía, por los montes,
por los valles, por las sendas escarpadas,
seguiré por su amor hasta el fin.
Cuan bueno es seguir tras sus huellas,
es seguro andar apoyado en su amor,
anhelo sus pisadas cada día caminar,
puesta en ella tengo mi esperanza.
Corazón amante de infinito amor,
iré donde me lleve su palpitar,
conduce mis pasos por sendas de paz,
con ella quiero andar, vivir y morir.
Amor peregrino siempre feliz,
guía mis pasos por la senda alegre,
entrega la dicha como dulce miel.
Cruzo los valles al abrigo de los cerros,
rebosa la copa que me colma de alegría,
ya siento en el aire la brisa marina,
veo en el horizonte la claridad del mar.
Lupercio de Providencia