Estoy marchando,
y tal vez anide en
una rémora inquieta,
estoy yendo, despacio,
sin apuros,
con la convicción
de aquel que sabe
que la vida queda atrás,
asi y de todos modos,
empezaré a vivir
el primer día del resto
de otra historia,
un poco caminando
y otro poco viviendo,
fue tarde cuando
nos dimos cuenta,
y quizás temprano
para volver a ser
aquellos dos locos
imaginarios
de una trayectoria
conjunta, amalgamada,
pura...
Adiós es la consecuencia
del pasaje a la
otra puerta del destino,
y prevalece el deseo
de no tenerte mas
de no ser quien guie ya
tus pasos, tus ángeles y
demonios, tus horas,
tus manías...
Adiós nada olvido,
me llevo mi endeblez
asida en cada retoño
etéreo de vigilias y
de santos, de versos
y de riñas,
de humores que no piensan...
Estoy marchando como cuando
marche hacia ti,
aquella noche de otoño
entre rejas y humedades,
y quiera la penumbra
de este futuro recuerdo
volar infinito,
donde la madrugada
te hable de mis cuitas
cuando la lejanía,
se apodere de tu alma.