Sentado,mirando al sol,
con la brisa de la tarde,
voy tratando del olvidar
el triste eco de tu adiós.
Aún siento en mis labios
la dulzura de los tuyos,
en mis brazos todavía
la tibieza de tu cuerpo.
Y me arden tus caricias
como fieras bofetadas,
que se ensañan con mi rostro
lastimándome la piel.
Todavía tu recuerdo
está fresco en mi mente,
todavía me hace daño
recordar tu ingrato amor.
Pero todo tiene un tiempo,
cada cosa en esta vida;
y el sol que hoy se oculta
vuelve con la alborada.
Y un día,no tan lejano,
sentado, mirando al sol,
volveré a sentir la brisa,
la brisa de un nuevo amor.