Ese pensamiento que da las horas,
cuando la nostalgía, no viene a solas.
ese amanecer contigo al lado,
añorando el tiempo, ya pasado.
Tristes las caricias que ya se fueron
junto a los recuerdos, que marchitaron
en rincones escondidos y agazapados
todos esos besos aun no dados.
Y aunque mi tren descarrilado,
no encuentre un matiz de luz a salvo,
seguirá parando en estaciones de calor helado,
en busca de pasajeros enamorados.
Nunca sabré, lo que me cobrará el destino
por todos esos errores, ya cometidos.
Porque mientras que el sol, triste y desolado,
nunca pueda llegar a ver a su amada,
que en la fria y solitaria noche, yace desterrada,
yo, seguiré en el puerto de tu amor anclado.