No discurrían lágrimas de sus ojos,
pero perdida estaba la mirada de ella,
eran la razón de sus enojos
las palabras de él, que la condenan.
Como comprender lo que dicen
si sus caricias tiernas
se convierten en susurros tristes
que la paz y el equilibrio alteran;
dónde quedó la vida bella
cuando la sonrisa vestía sus labios
y en un beso sus almas se entregan;
es sólo un recuerdo, un capítulo pasado,
momentos vividos que escribieron las manos
de un destino amigo, un destino extraño,
que hoy redundantes repiten
que ya no está más a su lado,
que nació el cariño, pero el Amor no vive,
en su corazón no ha despertado;
como evitar que esté triste
si en todo lo que ella creyó
es un espejismo -según lo que él dice-,
como comprender que no la Amó
si en su maravilloso corazón
respiraban los sueños y la ilusión
de un mañana juntos que la luz no conoció.
Él niega todo Amor,
acepta toda sensación,
tal vez no quiere acrecentar el dolor
y pasivamente elige la separación,
pero la hirió,
con sus acciones e inacción
la hirió.
Aún sonríe la hermosa flor
así esté triste tiene el valor
para enfrentar el invierno
y esperar los rayos del sol.
Carlos Manuel