No temas a las cenizas de mi cariño,
Daño no puede hacerte algo ya muerto,
Ya no tengo más un corazón de niño,
Maduró gracias a tu infinito desierto.
No creas que renacerá aquel sentimiento,
Que me atormentaba mis noches y mis días,
Tal vez te mantengas en algún loco pensamiento,
Que sea inspiración de algunas poesías.
Pero tu recuerdo ya no me quita el sueño,
Ni me provoca nostalgia ni mucho menos llanto,
De otro amor ya me consideran el dueño,
A ti, tal vez te quise tanto.
Pero no, no temas de lo que sentí,
Si nunca reclamé que no pudieras amarme,
Perdona si un escrito se refiere a ti,
Como siempre lo hiciste, procura ignorarme.