La huella que tú marcaste *
En aquel rincón florido
donde se duerme el azahar,
vi que estabas junto a mí
cubriendo mi soledad.
Y quise jugar contigo
refugiado en tus caricias,
ofreciéndote piropos,
que tú , pagabas con risas.
Para disfrutar juntitos
sabiendo que sin cesar,
tu recuerdo me persigue,
y yo, me dejo atrapar.
Pues en esta vida incierta
que se pierde en la locura,
quiero gozar de mis sueños
sumidos en tu hermosura.
Y seguir por el sendero
que tu perfume cubrió,
envidiado por las flores
y el viento que las movió.
Y rendirte un homenaje,
a ti, como flor lozana,
la más bella entre las flores
que secuestran la mañana. Anluso