A dondequiera, mi Señor, que vayas,
te seguiré como al pastor la oveja,
porque sin Ti mi corazón se queja
como las olas al besar las playas.
A dondequiera. No me importa que hayas
de conducirme hasta tu Cruz. Mas...deja
que no desmaye como no desmayas
porque me pierdo si tu luz se aleja.
Llévame siempre en Ti, siempre contigo.
No te me escondas, mírame, te quiero.
Haz de tu dulce corazón mi puerto.
Quiero que seas mi mejor amigo,
pues sin tu amor bien sabes que me muero
y que sin Ti ya soy un hombre muerto.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC