El todo era feliz, el infinito envolvía , abundaba en cosas bellas, la naturaleza con su fuerza, cada día se lo agradecía.
Los enamorados juraban amor eterno, perpetuando su locura, un camino nuevo les esperaba, entregando su pasión su ternura. La nada esta triste, nada poseía, solo la certeza de que de ella nadie se acordaría, cuando hacía presencia causaba dolor, el amor se terminaba, dejando tras de sí, desilusión. La nada se preguntaba porque para ella tal desdicha, hiciese lo que hiciese sus manos quedaban siempre, sin nada, vacías.
El todo que la abundancia fácilmente conseguía, tuvo lastima de la nada y decidió compartir su dicha. Llegaron a una simple solución, vivir el momentos sin reproches compartiendo tal unión.
Un todo material, obliga a la falta de apreciación, llevando a el orgullo la frialdad sin compasión. Un todo me has ofrecido con tu amor, la nada me has dejado con tu lejanía sin razón.
Todo lo tuve, todo me has dado, todo he perdido por no valorar la abundancia de tus besos, tus mimos, que tanto me han llenado. Me queda la ausencia, envuelta en la nada, acariciar tu recuerdo, tu imagen, es mi unica esperanza. Cuando se tiene todo, llega la fría, e insolente nada, apreciamos lo perdido doliendo el corazón, el alma.