La terquedad que les gobierna,
al criticar sin sentido,
ojalá nunca vivan lo que yo he vivido,
y que tengan vida eterna.
Que no se burle nadie de su tristeza,
que se pongan en mi lugar,
que las piedras dejen de tirar,
y quítense la mierda de sus cabezas.
A todos lo que se ocultan en las sombras,
ni fantasmas son, porque no espantan,
a la gente buena molestan,
escondiendo sus miserias en las alfombras.
Gocen de los errores de la gente,
porque yo los cometí, soy un ser humano,
no se equivocan los que no lo hacen, simplemente,
son carroña, porque no llegan ni a gusanos.