Si nada es nuevo, si lo que es ya ha sido poesía,
¡cómo se engaña a un nuevo versos, su inteligencia!
Cuando estoy empeñado en busca de invenciones,
¡de un niño bueno yo nací, llevaba una peseta!
¡Ay, si mirando atrás vente años quiero millones! Muros destruidos presentarme la memoria,
de tu imagen en un libro arcaico muy remoto, ya,
¡que el amor empezó a expresarse en letras!
¡Si pudiera saber, lo que inspiraron tus maravillas!
Y ver si es nuestro o tuyo, la ventaja a mi antigua mundo,
¡O si los ciclos son iguales todos! los pasados genios. En alta mar y con la cara al cielo.
Donde parezcan sueño, la agonía y el alma.
Un ave que remonta el vuelo. Y el alma sutilmente fue gozosa.
El año de morir es todos los días, no hay tiempo de escapar.
Para subir la noche sus luceros, un hondo es de esperar.
Cayó sobre el cielo, ya la sangre, contra el corazón se estrella.
De la única hora, que me espera.
¡Nube de mis palabras, protectora!
Cuando hayan salido del reloj todos los versos,
Y se abren por fin la puerta de lo inversos,
Te amo contra tus ojos, que me mira.
Sufren adentro esta superficie vana y sospechan,
Venganzas. Y muerte por desolación.
Por fastidio te amo, contra la noche y el verano,
Contra la luz y tu semejanza, silenciosa contra el mar.
Y el mes próximo, los labios que te expreso es amar.
Contra el humo, invencible de los muertos.
Me gustas más cuando derrochas los espacios negativos.