Levanté la mirada,
la miré desde abajo,
su cara rosada,
su cuerpo debajo.
Dime niña de que lloras,
no comprendes que sigo aquí,
lloras y lloras e imploras,
sabiendo que no me marcharé sin tí.
Te hablo, me oyes,
gesticulas y entre sollozos,
te digo que no me oigas, que me escuches,
y hundamos esas penas en los pozos.
Dime criatura divina, de que color
ves ahora el color de tu vida?,
mostrándote con todo tu esplendor,
me dices, se confunde la vida con la partida.
Te exijo, te detengas,
no corras, la meta aún está lejos,
me miras, me contagias y yo con mis arengas,
te suplico celebremos estos festejos.
Y ahora, con la lucha de tus manos,
de tus besos, con el color natural
de tus brazos, de tu mente, entrelazamos
sentimientos puros y todo sigue igual.
Y para que así sea,
te dejo esto escrito,
no te olvides de mirar,
de vez en cuando te lo miras
y siempre al despertar,
junto a tí lo encontrarás,
posiblemente a tu lado,
siempre y siempre,
seguro me tendrás.
Enrikt