Los días enmudecen…
El cielo, de tanto otoño,
empuja mi memoria,
¿Cómo fue esta agonía anónima,
este vivir sin saber
que a la vera del camino aún existías?
Mis noches vibran
al suspiro mágico de sístoles dramáticas
y diástoles profundas,
encendiendo el calor
de mis venas más sublimes.
En este patológico sino
de haber nacido aquí
para adorarte en otro lado.
Pensar en ti, amor…
es como saber las mieles del estío,
es estar resuelta a morir de amor
sin que ya nada pueda remediarlo,
es volver a ser niña
jugando a llegar al cielo.
Pensar en ti….
es condición exclusiva del alma de los justos,
es celo y sórdida vergüenza
de quien ama por primera vez
desde hace tiempo.
Es como haber resucitado y
estremecerse con el sensual sonido de tu nombre.
Es como subir a una montaña
para dejarse caer
regalándole a la muerte
el último suspiro.
Y a ti, en un instante
los sueños más queridos.
Pensar en ti ….
Es sentir.
Amar.
Explicar.
Tiritar.
Analizar.
Desear.
Temblar…
Es apreciar el infinito
y buscar en el fondo
de mi desordenado corazón,
el momento exacto
para vibrar
pensando en ti.
Solos, hirviendo,
solidarios con la aurora
en la plenitud del alba,
con el callado ardor de tus arterias
inundada de amor y de tus besos…..