No soy la fuerte figura que admiras,
ese que siempre dice, todo está bien,
eres consciente de eso tu también.
Hay pena en tus ojos cuando me miras.
Déjame llorar y no me consuele,
dolor expresa callado mi llanto,
sin rencor asimilo tu desencanto,
hasta tú sabes cuánto que me duele.
Déjame llorar, no me avergüences,
no me hables, abrázame si puedes,
pero no preguntes que me sucede.
Murió tu amor, déjame entonces,
yo ya estoy llorando lo perdido,
no serás mia, estoy persuadido.
Autor: Alcibíades Noceda Medina