La razón no juega,
ni el mágico escepticismo
se nubla a impedimentos tales,
como el sueño o la vigilia,
el viento no escarmienta,
se rehace nuevamente,
aturde y daña, a veces,
otras emana atisbos
de brisas necesarias,
la calma urge,
infindiad de descansos
y osios desmesurados,
el río a atrapa,
la constante voluminosidad
de afluentes sin historia,
sin voluntades,
el versos ayuda y otras
daña, porque sabe
de palabras y porque
trasnocha con el tiempo,
y tú...tú,
permaneces atildada
cuando la necesidad
de amarte, trasciende
los límites que algún día
quisieron imponerte.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!