De mi desasosiego, encerrado en prisión,
por querer a una dama con tan loca pasión.
Insano sentimiento, avivado con besos,
cultivado en un campo de profundas miradas,
amedrado entre arbustos de caricias habladas,
y con palabras ciertas, expresado por versos.
En mi soledad quiero besarla dulcemente,
y entregarle una rosa, flor de mi amor ardiente,
y un anillo de oro posar junto a sus piés,
pués ni áun siendo monarca tomaríale la mano.
Que es su hermoso cabello ese Sol de verano:
Brillante y bello al alba y precioso después.
Que sus perlas lozanas son de nuestra alma espejo
pues de quererla tanto de la mía es reflejo.
que es su voz leve trino y es su piel fresca nieve
y es su seno un Olimpo y es su tez flor de vela,
y su boca y sus labios la amapola recela
pues destellan sus ojos aún cuando su alma llueve.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!