Llueve sobre Madrid. Millones de personas
recorren, indignadas, con el llanto en los ojos,
las calles de Madrid.
Dicen que llora el cielo,
y yo creo que llora, y que llora en silencio.
Es Europa quien llora, y llora todo el mundo;
de nuevo el terrorismo azota con su férula.
España tristemente
tardará en olvidar a tantos muertos...
Dramatismo y horror, brutalidad y muerte.
Obcecación y odio...
¡El instinto salvaje tiene más sentimientos!
¡Asesinos de sangre fría y envenenada!
¿Fuisteis tan mal nacidos
que renegáis de vuestra identidad?
No puede ser humano
quien tiene el corazón tan lleno de odio.
Habrá justicia humana;si no, la habrá divina,
pero tanta maldad
no ha de quedar impune.
Porque a las sabandijas del terror
les llegará el crujir
de su propia conciencia entre explosivos,
cuando en su alma vacía, les explote
su ajado corazón.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!