"¡AY, AMOR!"
¡Ay, amor! Si yo pudiera...
si en mis manos estuviera
que tú fueras sólo mía
y fundirme en la armonía
de un amor sin compromiso,
yo, ni tardo ni remiso,
a tu amor me fundiría.
¡Ay, amor! mas, es preciso,
porque Dios así lo quiso,
que comparta solamente
un amor que está en mi mente,
que llegó tan repentino
que no supe cómo vino,
que llegó tan de repente.
¡Ay, amor! me desatino
por mi estrella y por mi sino.
Yo podría estar cantando
al saber que voy pisando
sobre tierra firme y gruesa;
pero, amor: a mí me pesa
este amor de contrabando.
¡Ay, amor que no se alcanza!
Ay, amor de mi esperanza,
de mi afán y mi deseo!
¡Ay, amor donde buceo
con dolor e insatisfecho!
¡Ay, amor que no es derecho
y es bonito; pero es feo...!
¡Ay, amor que se comparte!
¡Ay, amor que se reparte
con graciosa sutileza!
¡Ay, amor que en mí no empieza,
simplemente se divide!
¡Ay, amor que no se mide
y se viste de simpleza!
Nadie quiere a dos señores
que a uno espinas y a otro flores
de verdad, les tocaría.
¡Ay, amor! melancolía
de mi espíritu que surca
un amor que se bifurca
y que crece cada día!
Yo que estaba convencido
de mi afán, estoy rendido
como débil, frágil hoja,
con tu amor que se me antoja
evasión de mis anhelos,
negligencia de unos celos
de impotencia y paradoja.
¡Ay, amor! ¡amor sin rejas!
ni te dejo ni me dejas.
Eres cárcel sin murallas.
¡Vete...vete! No te vayas...
solivianta mis temores.
¡Ay, amor de mis amores!
ni te fallo ni me fallas.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC (Derechos reservados)