1.
Señor, contesta:
Si tanto nos amas,
¿Por qué tanto nos pruebas?.
No nos pruebes, Señor, si antes ya sabes,
Que de aprobar la Prueba
No vamos, sin Tu Ayuda, a ser capaces.
Y si capaces somos de aprobarla,
Porque Tú nos ayudas,
La Prueba no aprobamos.
Tú nos la apruebas.
Para no suspendernos,
Prefieres ignorar nuestra Ignorancia
Y no poner en duda nuestras Dudas,
Y no querer saber que hacemos trampas.
Señor, qué gran Consuelo
Tenerte de Maestro.
Saber que antes que Justo,
Tú prefieres ser Bueno. 2.
Señor, si me amas tanto,
¿Por qué tanto me pruebas?.
¡Ay!, con todas mis fuerzas,
Te lo suplico:
Antes de que me pruebes,
Prueba mis fuerzas.
Y si no son bastante,
Señor, me las aumentas
Para que aguante
Todas, todas las Pruebas
Que Tú me mandes.
¡Por muy duras que sean!. 3.
Dios no nos mide
Según los Resultados que conseguimos.
Dios sólo mide
El Esfuerzo que hacemos por conseguirlos,
De acuerdo con los Dones
Que de Su Amor hayamos recibido.
El Premio inmerecido
Para Dios nunca cuenta.
Y el Premio solamente es merecido
Si hay también Sacrificio,
Tenacidad y Esfuerzo
Por conseguirlo.