Dibujando en mí retina la silueta de tu cara.
Nos fuimos acercando sin darnos cuenta,
Nos cogimos de la mano y fuimos hacia casa,
había poca gente por la calle,
Y que aún no sabíamos de nuestros nombres
Estábamos sudando, pero hacía frío.
Cerramos la puerta, unimos nuestras bocas,
y el tiempo se volvió como invisible.
Aun recuerdo cuando tus dedos impacientes
Jugaban con los pelos de mi pecho,
Y cuando las palomas de tus manos
Fruto del imán de nuestras pasiones,
Tú te perdías en mis orejas, mientras.
Yo te acariciaba con ansia el pelo.
Yo inquieto descendía al jardín del deseo,
Donde se perdían mis labios y la lengua Busco la boca pare beber la miel de ese pequeño océano
Inquieta tú hasta ahogar la fuerza del interior,
Naufragando en oleadas de placer.
Provocando un estallido de humedad en ese lugar calido
Al ritmo que los sorbías con la boca,
Corrían tantas gotas por tu cuerpo,
Que quise beberlas todas a un tiempo.
Y así como dos fieras en celo,
Sucumbimos a los pecados terrenales,
Nos dimos cuenta que era el medio día,
A ti prolongación de mi cuerpo, mitad de mi ser
Por que esta noche hice el amor.
Copyright © 2009