Todos duermen,
el barrio está dormido
entre los paraísos,
que de noche parecen
seres fantasmales.
Todos duermen...
y esta calle
que me vio de niña
corretear y hacer la ronda,
volver cansada del colegio,
volver feliz y enamorada,
hoy está frente a mí
y es sólo mía,
pues nadie la transita.
Estoy sola ,aquí,
frente a mi puerta,
la puerta de mi casa,
volviendo la mirada
hacia el pasado,
veo entonces a mi hombre
entonces un muchacho,
con la roja luz del cigarrillo,
su paso apresurado hacia mi encuentro
y yo allí,esperándolo.
Lo veo y me veo después
junto a la puerta,
uno de cada lado,
mirándonos,
los ojos brillando...
Y siempre la redonda luz
del cigarrillo,
acompañándonos...
Estoy sola hoy aquí,
frente a mi puerta
y también a él,aquí,esperándolo...
Vuelve de una larga jornada de trabajo,
adentro,los hijos,están dormidos
y recién hora me doy cuenta
de cuánto tiempo,cuánto,
hace que no detengo la mirada
a contemplar el cielo
así estrellado.
Entro corriendo a escribir esta poesía
y suena el timbre en manos de mi amado.