Dedico un momento en el crepúsculo de una tarde,
Que se marcha como siempre a esta hora,
Para hablar con la imagen que en mi mente grabaste
Y así luchar contra el olvido que la devora.
Sigo pensando en ti, mientras empieza a anochecer
Y el sol se oculta tras una montaña lejana
Y la espléndida luna empieza a embellecer,
Como las escasas estrellas brillas sobre nubecillas de lana.
Me acompaña uno que otro trino de ave,
El viento suave que ligero pasa
De un árbol el vaivén de sus ramajes,
Que rompe la monotonía que al silencio arrebata.
Y así las cosas que conforman mi alrededor
De poética expresión todo en general;
Pero tú no estás, monótona situación
como una reina, en mi mente, te veo navegar.