Si pudieses conocerme

Tú no llegarías nunca a entender
la inocencia de mi actitud.
Ésta es valiosa para los depredadores
que se abalanzan, roen y destrozan
todo sentimiento valioso.
Tú estás ahora quieta, agazapada,
esperando saltar sobre cualquier debilidad.
Y yo me paseo ante ti
porque espero tu perdón.
Sé que me dejarás pasar,
pues no te apetecerá presa tan fácil.
Y a fuerza de atraernos espero que vengas a mi encuentro.
Entre corazones nos llegaremos a comprender.
Y yo desde que te vi descubrí en ti un gran corazón.
Quien sabe, si pudieses conocerme
pasearíamos salvando avispados señuelos
como dueños del mundo
reluciendo nuestro imperturbable amor