Murió la flor

En una solitaria mesa rebano el pan
El aire sordo del próximo difunto
En mi rostros la sienes marcada.
Manos de piedra que golpean invisible
Mis martillados versos se lamentan
Estoy callado mientras mis poesías duermen
Que sabes de muerte si no has muerto
Que sabes de amor si tu no has amado.
Cuando va mi poesía a ti, regresa herida
Y mi corazón por debajo del pacho roto
Como un bálsamo, o un ramo de ortigas
Rebuscando necio la faz sobre las manos
Estas consumiendo el infierno que me pertenece
Manipulas tú. Las impotencias en el cielo.
Entre la arena virgen no serás mi espejo
El mundo anchar quiere mi mente
¡Ya cruje la tormenta, silenciosa vuela!
Murió la flor. Que vida me dio ella.
Su fulgor mirada no halaga mis oídos
La brisa cubre zona ardiente
Huida fatal suplica de oraciones
Desesperación en mis propias aguas
Los retoños en su vida ya no vive
No puedo ignorar la timidez, de mi almohada
Ya no puedo derrochar los universos que tengo
Protesto frente a mi mente,la idea perdida
La perdida fatal yo no la puedo recuperar
Cabalgando. Apenas el cuerpo se ofrece.