Quererte desde mí entre silencios y distancia que es como quedan las horas detrás de mil sueños inventados más allá de todos mis desvelos, extenso e inmóvil, es vivir fuera de mí; sin piel ni cuerpo en tantas noches de insomnio. Y es que quererte como te quieren mis besos en cada amanecer del día, es gustar del aroma blando que fluye incontenible en la risa y en los labios de tu presencia. Quererte así, como te quieren mis manos en la penumbra del atardecer, ahí donde el pensamiento se subleva a las ideas aprendidas, es saber de las delicias que insospechadas se rebelan a la certidumbre de ser tú mi mejor inspiración. Quererte así; en cada espacio de la vida, en la calma y en el sosiego, en todas las formas conocidas de un quererte más, es vivir dentro de mí, sintiendo que me vives, hasta perecer extasiados tú, yo, los dos…eternamente.