Recuerdos que lastiman,
palabras de rechazo
filosas, cual navajas,
abriendo en mi alma tajos;
miradas insolentes
de cruel indiferencia
ante las más ardientes
muestras de mi cariño.
Recuerdos de desplantes
marcados como hierros
al rojo en mi memoria:
rechazos humillantes,
siempre la misma historia,
miradas indirectas
volteando hacia el vacío,
gesto seco y sombrío.
Labios en franca huida
de mis ansiosos besos,
un evidente hastío
y una profunda herida,
no ya para mi orgullo,
sino en mi corazón.
Mis sentimientos, presos
de estéril ilusión.
Historia repetida,
igual, hasta el cansancio;
relaciones fallidas,
forzadas o fingidas
en zigzagueantes trazos,
heladas, sin respuesta;
experiencia funesta
y siempre vacíos los brazos.-
Eduardo Ritter Bonilla.