tiempo de zarandaja

tenía marido,
marido en paro
y a prestar el higo
ponía reparos.
había pacto,
pacto conyugal,
que tal vez el acto
le empezara a gustar.
y sin hacer caso,
caso omiso,
se puso en manos
de los promiscuos.
y el dinero fue bastante
bastante pa la hipoteca,
aunque el tratante
parecía estar en la Meca.
y con el tiempo,
tiempo de zarandaja
los buenos vientos
llegaron a su raja.
y cumplirse lo del marido
vino en el pacto conyugal.
a ternerlo movido
le empezó a gustar.
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