Me encontraba sentado en aquella barra donde muchos rescatan, ahogan, destruyen crean y resuelven pensamientos. Solo había tres individuos en aquel lugar y yo era uno de esos. A mi lado se encuentra un contemporáneo a mi generación y de una manera sutil rompe el silencio sepulcral que había y comienza a contarme lo bien que se sentía. Sus palabras interrumpían levemente mi estado de meditación, pero hubo un momento en que comenzó a decir unas palabras las cuales robaron mi atención y volaron mi mente a un nivel de recapacitación. Decía: Lo he tenido todo, he tenido mujeres, he tenido mil amores, he tenido varios carros, he tenido dinero, he tenido felicidad. ¡Ja! ¿Que no he tenido yo?. mantuve mi atención completa hacia él mientras hablaba y cuando termino sonrió y bebió lo último que quedaba del ron más barato que tenían disponible. En esos momentos sonreí y le dije, Yo tengo una mujer, tengo un amor, tengo un auto, tengo el dinero para subsistir, y tengo felicidad. Le di unas palmadas en el hombro, le pague una cerveza y me retire.
¿Qué bien se siente poder darte cuenta de lo que tienes, y no tener en un futuro que recordar lo que alguna vez tuviste, verdad?