La vida sigue siendo vida.
El sol, sol.
La lluvia, lluvia.
A pesar de ingratitudes,
a pesar de tristezas.
En esos momentos,
algo duele dentro de mi,
podría ser el alma.
Digo podría. No lo sé.
Entonces tu y yo,
nos tomamos de la mano.
Cerramos los ojos.
Olvidamos. Sonreimos.
Y si no existiera el verbo amar,
lo inventaríamos.
Caminamos hacia esa felicidad nuestra,
vamos hacia ella,
como van los poemas,
cogidos de la mano.
Nos perdemos en el rumor de los árboles,
en el oleaje del aire,
y me abrazo con todas las fuerzas,
a tu dulzura real,
a ese momento de felicidad,
al que me llevan tus huellas,
como cristales de rocio,
rompiendo con esa nostalgia,
que me produce tristeza,
y me llevas a un mundo,
que es solo nuestro,
andamos en secreto,
hacia donde no hacen falta palabras,
solo silencio, miradas de amor.
Y volvemos a caminar,
cogidos de la mano,
como van los poemas.