Que lástima me da el verte
tan solo y derrotado, cuando
en otro tiempo,la soledad no
te hubiese preocupado.
Como todo hombre, buscaste del
amor sus mieles, y en tu afán
de macho engañaste a dos mujeres.
No te importó la sinceridad con
la que ellas te amaban, alimentaste
su ilusión con palabras falsas.
Tu egoísmo fué tal que al verte
descubierto, negaste a una de las
dos, intentaste así mantener tú
juego.
No te queda más que aceptar tu
culpa, y añorar el amor de aquellas
dos mujeres, que no es que fuesen
tontas, su error fué quererte.
Quizás al perderte, recogieron su
vida en pedazos, pero tienen hoy
su dignidad, que habían perdido en
tus manos.
Mercedes del Pilar Reyna Camacho
mrc-15-04-10