De nadie mas...que mía,
En cada silencio
Que de la noche esperamos,
Con el fuego de la inmensa
Obsesión por querernos,
Y una mínima tolerancia
De pasión, de locura.
De nadie más... que mía,
Tocándote en la insolencia
Silente de algún vagabundo
Pensamiento, de alguna
Osadía nueva.
De nadie más...que mía,
Con la verdadera posibilidad
De sentirte a pleno y sin observadores,
De valorar en tu cuerpo mi sensación
Innata, de bucear tus océanos
En mi boca intrépida y sigilosa.
De nadie más...que mía,
Con las soledad de la alcoba
Abierta a toda caricia nueva,
Y la vaga sensibilidad de
Mis atardeceres en tus noches.