"CIRCUNLOQUIO" Camino sin avanzar, sin sentir y sin sentido, por mil heridas herido que no paran de sangrar. No sé si quiero llegar porque no sé a dónde voy y a cada paso que doy añoro más el regreso. Libre soy y vivo preso sin saber en dónde estoy. En mi cautiverio intenso busco a tientas una luz. ¡Qué pesada es esta Cruz y el camino, cuán inmenso! No lo entiendo. A veces pienso en rendirme, en desistir. Es incierto el porvenir y es tan turbio mi pasado, tan infame como el hado que produce mi sufrir. Sin brújula, sin timón en el proceloso mar, siento ganas de llorar y de perder la razón. Lastimado el corazón, náufrago de mi locura bebo a tragos la amargura de vagar en hondo abismo. Es mi vida un espejismo, una helada conjetura. Tienen tumba hasta los muertos y los pájaros sus nidos; tienen Norte los perdidos y una guÃa los inciertos, sus oasis los desiertos, las abejas una flor; pero yo no tengo amor aunque del Amor provengo. No sé cómo me sostengo a mitad de mi dolor. De las hieles más amargas, de las noches más sombrÃas, voy tejiendo fantasÃas para darle a mi ansia largas; pero burdas estas cargas no por ello se aligeran, al contrario, me exasperan, me atan, sÃ, sin asfixiarme, me degüellan sin matarme, me lastiman, me laceran. ¡Cuán inhóspito este mundo que me agobia y me acongoja, donde ruedo como una hoja atrapada en lo infecundo! Es tan hondo y tan profundo mi sufrir y tan sombrÃo, que el dolor parece frÃo y enigmático dilema y es angustia que me quema y no agota mi desvÃo. Es tan negra y tan redonda la ansiedad que me circunda y esta duda que me inunda y a la fe me la desfonda. Es insana y es muy honda la nostalgia. Es un silicio, un escarnio, un maleficio que a mi cuerpo se empareja; una pus que no me deja inclinarme al sacrificio. Mi sangre exige placeres constantes, agotadores. La sangre me exige ardores que dopen mis padeceres. No sé qué extraños poderes de mi azar en desatino me envuelven a un torbellino que rompe mi voluntad. ¿Quién tendrá la potestad sobre mÃ, sobre mi sino? Camino sin avanzar; pero me niego a volver porque no quisiera ver que nunca voy a llegar, pues creyendo caminar sigo estando donde mismo: a la orilla de un abismo sin futuro y sin conciencia y en la fatua inconsistencia de la razón de mà mismo. Heriberto Bravo Bravo SS.CC (Derechos reservados)