Noche amiga, estrellas y silencio,
Amor de hombre, condena y encierro,
¿Por qué se confunde al poeta,
Cuando este escribe sus versos?
No hay novia, mujer,
Pareja o amante,
Sólo soledad ultrajante,
Que convive con mi vida,
Hoy, ayer y mañana,
Por los siglos del andante,
¿Qué misterios han llevado,
A crearme un noviazgo?.
Tan sólo recito versos,
A todo mi sexo opuesto,
Porque enaltezco a la mujer,
En todo mi talante,
Al considerarla importante,
Pieza única, no de colección,
En ella atribuyo el amor,
El que tengo a borbotones,
Y le manifiesto mis razones,
Aún cuando la distancia,
Impida la caricia franca,
Más por suerte,
Dispongo de un privilegio,
Por culpa de mi soledad,
Aprendí a besar de lejos,
Y aunque mi doncella nunca sepa,
En mi corazón tengo su rostro,
Como si ella se mirara en un espejo.