Sentada sobre una estrella, buscaba el firmamento
recorriendo el mundo, divisando mil lamentos,
que ascendían de este mundo, hacia lo lejos,
llegando al universo, repletos de varios deseos.
Quise recogerlos, uno a uno, sin dejarlos dentro
devolverlos con todo lo pedido, con mucho miedo,
pero la luna me obligó, a dejarlos en el cielo,
para que día a día, ella pudiera concederlos.
Seguí observando, viendo algo fugaz al viento,
cerré los ojos, y pensé en algo bello,algo eterno
de repente se frenó,y con su brillo,negó mi sueño
dejándome un tren,con vagones frágiles y pequeños
Lo miré,se puso en sus railes,y en funcionamiento
corria tan deprisa!,que subí rápida y sin aliento
recorrimos, prados, montañas, sol y mar adentro,
haciendo parada en la estación del pensamiento.
Bajé, y el tren perdí, sin comprender su tiempo,
sin saber dónde estaba, sin saber su silencio,
y seguí sentada sobre mi estrella, con paso lento
esperando que volviera, aquel tren, de los deseos