Mi alegría es esperar,
velar junto al sendero
donde la sombra va tras la luz,
y la lluvia sigue los pasos del verano.
Mensajeros traen nuevas
de lugares lejanos,
me saludan y siguen pronto su camino,
mi corazón late contento,
y el aliento de la brisa que pasa
es agradable.
Del alba al anochecer
estoy mirando en mi ventana,
sé que cuando menos lo piense,
vendrá el instante
en que la veré de nuevo.
Sonrío y canto sólo de pensarlo,
mientras el aire se llena de aroma
por una promesa de amor eterno.
Humberto Reyes H