Son el orgullo de las clases altas.

Son el orgullo de las clases acomodadas
el gusto al dinero, el afán del ausentismo,
son de pasear sus marcas importadas
por ojos humildes sin dignidad en si mismos.
Son la bajeza del diablo en forma de humanos
sicarios intelectuales con títulos de nobleza,
en universidades con glamour y en sus manos
la miseria de los otros vestida de pobreza.
Son los que deciden el manejo entre las sombras
de un poder que se vende por monedas,
son los indómitos paladines que no se nombran
y se esconden en tinieblas para que no los vean.
Son los ídolos de "wall street" que acompañados
por valijas de cuero, punzantes y misteriosas
varean sus dineros y en todos sus costados
el diablo acompaña con sus garras sediciosas.