Mata un reloj
y las horas seguirán muriendo,
nada se detiene,
está jodido todo.
Salí de juerga ayer,
lo pasé bien,
pero hice cosas que no debía
y hoy estoy lleno de remordimientos.
El alcohol no calma mi sed,
no me hace libre,
no mejora mi vida en absoluto,
me hizo perder la cabeza,
y no es la primera vez,
lamentablemente no será la última.
Me castigo por decepcionarme,
parezco inclinarme al final trágico,
pero puedo cambiar el guión de mi vida
¿Lo haré?
No sé,
tal vez lo haga
cuando aumenten los numeros que arden en esa tarta,
de momento no hay más fiesta. . .