Sobre los prados del parque se siente
su esencia buena impregnada en los pinos,
junto a las dalias, jazmines y lirios,
donde el sol brilla y descansa en el río.
En su alboroto divino las aves
dejan su charla encantada en la fuente,
mis ojos sueñan que suben de nuevo
a ver cual lámpara ocasos celestes.
Tránsito breve presiento en el alma,
volver arriba y sentir en el aire
esa frescura del viento que envuelve.
Ya sé que nunca mi esencia podrá
quedarse quieta al amor que ha perdido,
siempre cual topo que araña la tierra
entre la niebla pesquisa con ansia.
Unas semillas arrojo a la tierra,
son de mostazas, de hiedras y nardos,
cual escaleras que suben al cielo
ahí subiré a contemplarte en silencio.
Humberto Reyes H.