¿Quién no recuerda la escuela?
¡Los pupitres de madera!,
¡Y aquella redonda esfera!,
¡Y la gran pizarra negra!
¿Quién no recuerda la escuela? II
Mi pequeña y gran escuela,
que a mí pensamiento asoma,
como la blanca paloma,
que la vida adora y toma. I
A mí maestra le digo:
desde la tierra a la gloria,
sigue usted en mi memoria,
aunque ya no esté conmigo. IV
Fue una segunda madre,
su entrega fue absoluta
nos enseñaba el cante,
la aritmética y la escritura,
la gramática con sus versos,
y también literatura.
¡Que Dios la tenga en la gloria,
por sembrar, amor y cultura! V
A mis amigas de infancia
de un tiempo memorable,
¿Dónde todo era afable?
¿Dónde nada era arrogancia?
¿Dónde todas éramos una?
¿Dónde nadie era nadie?.
¿Quién no recuerda la escuela?.
A mí querida Escuela Nacional de Carrio (Bergondo).
Asun.