1.
Aunque el Enfermo esté grave
La Medicina le cura,
Quiera o no quiera él curarse.
Si la Medicina cura
Y al Malo le pone Bueno,
Es por su propia virtud,
No porque quiera el Enfermo.
Con su poder curativo
Nos curan las Medicinas.
Tú les das ese poder.
Yo, al tomarlas, sólo hago
Darte las gracias por dárselo.
Después, confiar en él
Y abandonarme en Tus Manos.
Tú obras en mí como obra
En un seco erial la lluvia:
Haciendo que broten rosas
Donde rosas no hubo nunca.
2.
Cuando confieso, Señor,
Vengo a que me hagas mejor
Y mejor, Señor, Tú me haces,
Siendo, como era, el peor.
Cuando confieso, Señor,
Pongo todo de mi parte
Para no ser como antes:
Sólo un Pobre Pecador
Que viene a pedir Perdón
Porque sólo pedir sabe.
Sabe que el Pecado sabe
A condena y perdición
Y no quiere condenarse.
Cuando confieso, Señor,
Voy buscando un Imposible:
Merecerme Tu Perdón.
Con Tu Mismo Amor, amarte.
Y mientras lo voy buscando
Oigo Tu Voz que me dice:
Si lo imposible me pides,
Posible haré lo imposible
Si a ti mismo te lo exiges
Mientras a Mí me lo pides.
Y Yo, Señor, me lo exijo.
Pon Tú lo que a mí me falte.
Señor, Señor, mira sólo
La Fe con que te lo pido
Y cómo en Ti me abandono
Para en Ti poder salvarme.
3.
Mis Deseos van más lejos
De dónde pudiera ir Yo.
Sé que si a Ti no me acerco,
De Ti me alejo, Señor.
Por eso, sólo por eso,
Cada pasito que doy
A Ti me acerca, Señor.
No te me vayas tan lejos.
¡Mira qué cansado voy
De ir tras de Ti tan corriendo!.
Mira qué cansado voy,
Pero jamás me detengo,
Que mi Amor es un Motor
Al que he arrancado los frenos
Para correr más veloz
Aunque tenga en contra el Viento.